Hoy os presento la célebre fábula de LA LECHERA Y EL JARRO DE LECHE, de Juan de la Fontaine, una de las muchas versiones del mismo relato. Se trata de una estupenda lectura para hacer reflexionar a los niños y con una moraleja de lo más interesante.
Una lechera caminaba por un sendero del bosque. Llevaba un gran cántaro de leche sobre la cabeza.
La muchacha era joven y alegre, y llevaba una amplia falda que le permitía andar con comodidad. Además se había puesto unas sandalias planas, con las que caminaba cómodamente por el sendero lleno de piedras.
Y, dirigiéndose hacia el mercado donde pensaba vender la leche, la muchacha iba pensando así:
“Por esta jarra de leche, me pagarán bastante dinero. Con él podré comprar cien huevos por lo menos. Los llevaré a casa y los colocaré en un lugar calentito, para que, después de incubados, salgan los cien pollitos de ellos.
Aunque la astuta zorra se lleve algunos, me quedarán muchos, que podré cuidar con facilidad en casa, pues se comerán las sobras de la comidas. Ya me imagino como acudirán a mí cuando los llame.
Cuando sean un poco mayores, los llevaré al mercado y los cambiaré por un cerdo joven. Como estos animales no necesitan muchos cuidados, en muy poco tiempo, lograré que engorde y ya se sabe que se paga mucho por un cerdo gordo y bien cebado.
Lo llevaré al mercado, y con el dinero que me den por él, podré comprar una vaca y un ternero. Los pondré en el establo y los cuidaré muy bien. La vaca me dará mucha leche y el ternerito irá creciendo con el tiempo.
Tengo ganas de ver corretear al ternero entre las ovejas del ganado…”
Pero de aquí que la joven lechera, olvidándose de que llevaba un cántaro en la cabeza, e imaginado las correrías del ternerito, se puso también a saltar por el camino, de manera que el cántaro cayó al suelo y se quebró, desparramándose toda la leche por el camino.
La chica quedó apenada ante esta desgracia, y con la cabeza baja, dio media vuelta y emprendió el regreso hacia su casa.
¡Adiós, huevos! ¡Adiós, pollitos! ¡Adiós, cerdo! ¡Adiós, ternerito! Todas estas cosas habían estado en su imaginación y, por distraerse demasiado, había perdido lo único que tenía en realidad.
Juan de la Fontaine
La lechera y el jarro de leche [DESCARGAR PDF]
Espero que os haya gustado.
Un saludo, Fran 🙂
Me encanta tu página de recursos….
Gracias!
De nada Esther 🙂
¡Muchas gracias!!!!!
¡Desde Chile un gran abrazo!
De nada. Me alegra que te guste 🙂
Un saludo, Fran.